miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA UNION, LA MEJOR LEY DE SEGURIDAD PRIVADA

El deplorable estado y la increíblemente lamentable situación que atraviesa el sector de la seguridad privada en España no es un secreto para nadie, desde aquel aciago mes de julio del año 1992 en que se produjo la condena que fue la ley de Seguridad Privada, lo único que a hecho este sector es proseguir su inevitable caída en barrena hasta convertirse no solo en un sector desacreditado socialmente, sino por los propios cuerpos de los que depende directamente.

   Empezar criticando como siempre a la patronal, al gobierno, a las empresas, mandos intermedios y demás componentes de esta miseria, no nos llevará más que a lo que ellos quieren y han querido siempre, a un sector con una masa social gigantesca pero totalmente disgregada. Hemos creado lo que denomino nuestra propia banda Moebius, giramos siempre en círculos pero con un leve movimiento angular para que no se nos haga muy pesado y finalmente caemos en el círculo central del conformismo.

   Conozco este sector desde hace muchos años, lo he vivido desde todos los ángulos posibles, ya que he sido vigilante, inspector, jefe de servicios, etc. Empresas grandes, medianas, pequeñas, y en todas partes he visto y oído lo mismo, gente quejándose del sueldo, del precio de la hora extra, de si antes eran agentes de la autoridad, que la placa es de aparcacoches, sin un sinfín de quejas  de corrillo.

   Cuando hace un par de años éramos capaces de trabajar en la empresa que quisiéramos y exigíamos pluses que nos eran concedidos a sabiendas de que el sector tenía una grave falta de vigilantes, todos nos encontrábamos despreocupados y cada uno miraba para si mismo, pero claro, en aquel momento nadie pensaba que nos fueran a quitar las horas extras, ni los pluses, ni siquiera…el trabajo.

¡Y si! El tribunal Supremo dicto sentencia favorable en las horas extras, mira, algo bueno ¿Y que? ¿Realmente alguien se cree que cuando se firme un nuevo convenio y se estipule un precio de la hora extra en, por ejemplo 10,50 €/h, alguna empresa va a dar horas extras?
Entonces que alguien me diga que con un bruto de 1035 €/mes unos 890 € netos, ¿cuantos de nosotros podremos vivir decentemente?

   Cuando la patronal le solicitaba al gobierno que aflojara la cuerda de los exámenes para obtener la habilitación, nadie protestaba, cuando el intrusismo hacia mella en el sector, nadie protestaba, cuando nos congelaban el salario y nos dejaban dos años sin convenio, nadie protestaba, cuando nos quitan las horas extras porque ya no hay falta de personal, nadie protesta, cuando desaparecen los pluses porque ahora hay gente de sobra y ya no podemos hacer fuerza, nadie protesta.

Si, si, ya se que algunos protestan, pero no sirve de nada, como no ha servido nunca y nunca servirá. Porque las quejas individuales o de pequeños grupos no se oyen. Y si no, que cualquiera mire lo que ocurre con las manifestaciones de vigilantes de seguridad, o con las huelgas, son de risa, y como es lógico nadie nos toma en serio.

Somos uno de los sectores con más poder del país, y somos los más inútiles sindicalmente hablando. Cuando METRO, RENFE, por poner un ejemplo, hacen huelga, tenemos servicios mínimos, pero si no consiguen lo que quieren se acabaron los servicios mínimos. ¡Pues bien! Nosotros no tenemos que cumplir servicios mínimos.
   Hagamos un ejercicio de simulación, por un momento imaginaos que una mañana se levanta el país entero para ir a trabajar, y nosotros nos quedamos en la cama (TODOS), se abren los centros comerciales, bancos, transporte público, edificios de oficinas, Museos, Ministerios, empresas privadas y edificios públicos en general TODO, pero… NO HAY SEGURIDAD PRIVADA, sería el CAOS, después de una semana de huelga general de seguridad privada nos encontraríamos con lo siguiente.

  1. Presión a la patronal desde todos los estamentos públicos. Ya que todos se encontrarían afectados, en especial el Ministerio de Interior, encargado de cubrir la seguridad de todos los edificios públicos del país, en detrimento de la seguridad ciudadana. Presión desde las empresas privadas, la red de transportes…. Y así podría seguir sin parar.
  2. La misma presión hacia en Ministerio de Interior, para reformar la Ley de Seguridad Privada.
  3. Pérdida de clientes en las empresas al no ser capaces de cubrir los servicios.

Si creéis que la última huelga del metro de Madrid fue dura, no sabéis como sería esta ES NUESTRO DERECHO

¿Y AHORA QUÉ?

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